S.M. el Rey Antonio II

Su Majestad el Rey, don Antonio de Wittelsbach-Sucre, fue el primogénito del matrimonio conformado por Su Majestad la Reina doña Victoria Antonieta y Su Alteza Real el Príncipe don Guillermo. Nació en Quitburgo el 27 de febrero de 1961, en el Palacio de Carondelet donde entonces residían sus padres en calidad de príncipes herederos del trono quiteño.

Fue bautizado en el rito católico el 17 de marzo del mismo año en la Basílica del Voto Nacional, recibiendo los nombres de Luis Alberto Eugenio Ermingardo Antonio en memoria de sus padrinos, su tío-abuelo materno, el Duque Luis Alfonso de Cuenca; su tío-segundo paterno, el Duque Alberto de Baviera; su tía materna, la Duquesa Sofía Eugenia de Esmeraldas; su tía-segunda paterna, la Princesa Ermingarda de Baviera; mientras que el último fue escogido en honor a su abuelo paterno, el Rey Antonio I de Quito.

A poco más de un año después del ascenso de su madre al trono, y con apenas ocho años de edad, fue envestido como Príncipe de Quito, heredero de la Corona, en una ceremonia celebrada en la Basílica del Voto Nacional el 23 de enero de 1970.

Tras el golpe de Estado que sacó a su madre del trono y dio paso a la República de Quito, en 1972, Antonio y su familia se exiliaron en Madrid por siete años. Cuando el ensayo republicano llegó a su fin en 1979, el Parlamento solicitó al Príncipe Antonio, de 18 años, que asuma la Corona y se convierta en Rey bajo la regencia de su abuela Beatríz de Borbón, hasta alcanzar la edad estipulada de 21 años para gobernar por sí solo. El 27 de febrero de 1982 asume oficialmente la plenitud de su papel institucional como Rey de Quito.

El día 3 de septiembre de 1989, la Casa de Su Majestad anunció el compromiso matrimonial del Rey con la Princesa Astrid de Bélgica, segunda hija de Su Majestad el Rey don Alberto II de los Belgas y su esposa, la Reina Paola Ruffo Di Calabria. La ceremonia religiosa se celebró el 21 de agosto de 1990 en la Basílica del Voto Nacional. Fruto de este enlace la pareja tiene tres hijos, los príncipes Catalina, nacida en 1992, Amadeo, nacido en 1995, y Paola, nacida en 2003, todos en la ciudad de Quitburgo.

El Rey tiene el empleo militar de capitán general del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, máximo rango militar que le corresponde en exclusiva como mando supremo de las Reales Fuerzas Armadas de Quito.

Como príncipe heredero se le procuró la mejor educación. Asistió a la Escuela Británica de Quitburgo hasta los once años de edad (1972), cuando sucedió el golpe de Estado, luego de los cual continuó sus estudios de Bachillerato Unificado Polivalente en el Colegio Santa María de los Rosales de Madrid, en donde fue compañero de la infanta Elena de España, graduándose en 1978. Terminados los estudios secundarios, realizó el último curso escolar (equivalente al Curso de Orientación Universitaria) en la Universidad Complutense de Madrid.

Tras su retorno a Quito y coronación como Rey, Su Majestad tuvo tres años de regencia de su abuela Beatríz para culminar su preparación académica. En 1982 se graduó simultáneamente en las carreras de Política Internacional y Derecho Constitucional, ambas en la Universidad Real de Quito.

En 1983, ya en pleno uso de su cargo como Rey, realizó su formación militar en la Base Naval de Salinas, recibiendo en el mes de julio de 1984 los despachos de Teniente de Infantería, Alférez de Navío y Teniente del Arma de Aviación. Es Piloto de Helicópteros, con aptitud para el vuelo instrumental en el 402 Escuadrón de las Real Fuerza Aérea. Está en posesión de las Alas de Piloto de Helicópteros del Ejército y de la Armada.

En 1985 obtuvo un diplomado en Economía por la Universidad Nacional de Quitburgo, y en 1987 otro en Sociología por la misma entidad. Entre 1988 y 1990 llevó a cabo varios cursos de formación y actualización en materias de Seguridad y Defensa en varios organismos internacionales.

S.M. el Rey ha impulsado un nuevo estilo en las relaciones monárquico-republicanas de la comunidad internacional, subrayando el fin común que persiguen todos los Estados de paz y prosperidad para sus habitantes. Este tema en particular le ha valido varios reconocimientos y premios internacionales.

Don Antonio II ha recordado siempre la vocación latinoamericana de Quito a lo largo de su historia y ha alentado el proceso de incorporación a la ONU, la OEA y de creación de la UNASUR. La importancia de los organismos supranacionales de los que el país forma parte ha sido subrayada por el Rey en numerosos mensajes.

Su perfil latinoamericanista y su papel en el restablecimiento de la democracia en Quito han sido reconocidos por los medios y la ciudadanía en numerosas ocasiones. Ha sido, además, investido Doctor Honoris Causa por una treintena de prestigiosas universidades quiteñas y extranjeras.

Durante las tres décadas que ha durado su reinado hasta el momento, el Rey ha mantenido un alto nivel de popularidad entre los quiteños, y su imagen como jefe de Estado es una de las más respetada de Iberoamérica. Actualmente su porcentaje de aceptación bordea el 87%, uno de los más altos entre los gobernantes del mundo entero, mismo que se ve reflejado también en los otros miembros de la Casa Real, en especial la reina Astrid.